Una Herencia Que Trasciende, hermana Ana María Duarte. Todo lo que pasa en el día a día pasa, pero hay una obra que permanece, una herencia. Recordemos que somos hijos de Dios, herederos suyos, y coherederos con Cristo. Cuando venimos a los pies de Cristo, el Señor nos dio el privilegio de ser hijos de Dios, ya no formamos parte del mundo. Valoremos el hecho que después de morir debemos dar cuenta al Señor de lo que hicimos con esta herencia que recibimos y si la hemos pasado a nuestros herederos. Estamos en el mundo, pero no somos de l mundo.
IPUL Oregon