Una Confianza Inquebrantable, hermana Claudia Corrales. La confianza es cuando sabemos que no nos fallan. Bendito el hombre que confía en el Señor. Te invito que abras tu mente y le digas al Señor que quieres confiar en él. Búscale con toda tu voluntad y él dirigirá tu camino, que no sea a nuestro modo, ni aun con nuestra propia inteligencia, pues él conoce mejor que tú lo que necesitas. Cuando llega algo que sabes que no le agrada al Señor, muéstrale un arrepentimiento genuino, para que no impida en el camino de la confianza del Señor. Presentémonos a él con un corazón contrito y humillado y él mostrará su bondad. Confiemos en él plenamente, sin temor, pues las personas fallan, pero el Señor nunca falla. Él solo espera que le creas, que confíes plenamente en él, sin condiciones ni límites. Cuando tenemos esa confianza obtenemos también su paz, su tranquilidad, que por tu confianza y fe obtienes de él. Cuando entiendes que todo lo que proviene del Señor te ayuda a bien, cuando se desarrolla esa confianza, que le abres a él tu corazón, obtendrás su paz y verás resultados, aunque no sea de la forma exacta que lo planeabas, pues su labor es inexplicable, pero todo ayuda a bien. Aprendamos a esperar en el Señor, él responde a su tiempo con hermosas recompensas.
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