Primer mandato: llega a enamorarte de Dios, de esta forma será natural llegar cerca de El y de su agrado. Incluso si nos portamos mal El tiene misericordia, pero no debemos buscar límites. Segundo mandato: Presentad vuestro cuerpo como un sacrificio santo. No os conformeis a este siglo. No es posible dejar las malas cosas por su propia fuerza, pero si nos enamoramos de El, El nos llenará de su Espíritu.
IPUL Oregon