Para la iglesia naciente los inicios fueron duros, con persecución, sufrimiento, cárcel. Había alboroto por lo sucedido en pentecostés. Pedro encuentra un cojo de nacimiento y en vez de limosna le dice que le ofrece lo que tiene, sin ofrecer lo que no se tiene, que era un poder, un Dios poderoso transformador. No debemos buscar lo que no tenemos, eso no es solución. Debemos enfocarnos en un clamor en todas las naciones. Así vemos lo que el mundo necesita, lo que tenemos como cristianos, un Cristo lleno de poder. Así Pedro sanó a ese hombre. Luego recibió amenazas, pues ese milagro estaba atrayendo creyentes, y buscaban pararlos. Pero entonces levantaron la voz y oraron, como en esta noche, un clamor, aunque en diferentes circunstancias. Su oración no fue para que les salvaran de la persecución o la cárcel, sino un clamor por llevar la palabra del Señor a todas las naciones. El mundo está esperando una manifestación gloriosa de los hijos de Dios. Estamos de pié por el poder del Espíritu Santo, no por nuestros propios esfuerzos. En este clamor hay algo más, una petición exclusiva, de una concesión de libertad para llevar la palabra de Dios a los hombres por el mundo. El diablo quiere callar las oraciones, pero pidamos con denuedo para poder predicar. En aquella época en los hechos al terminar la oración hubo un temblor, indicando que Dios se deleitó con aquellos. Así se hicieron imparables, sin importar amenazas, persecución, separaciones, cárcel, muerte. Aún así no paró la iglesia, y de la cárcel fueron liberados. Pastor Marcos Pabón, misionero en España.
Intervenciones de pastores, misioneros, evangelistas y otros siervos desde diferentes países al rededor del mundo. Organizado por la Iglesia Pentecostal Unida de Colombia. Pastor Alvaro Torres, pastor Reynel Galvis, pastor Jenner Puentes
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